Esta primera semana de febrero está siendo especialmente intensa en el mundo de la tecnología. Hemos visto cómo dos grandes compañías tras muchos años de aparente cordialidad han iniciado una guerra abierta por ver quién está por delante en el campo de la inteligencia artificial. Como ya os adelanto en el título, estamos hablando de Microsoft y Google.
Son dos empresas que han manejado dos enfoques muy distintos en los últimos años. Google ha mantenido un crecimiento muy continuista afianzando su posición en el mercado, en base a hacer una experiencia algo más consistente entre sus productos: añadiendo pequeñas mejoras para hacer su sistema algo más atractivo y asequible en términos de usabilidad.
Por su parte Microsoft, tras haber tenido varios fracasos considerables (Windows Phone, Vista, etc.) y con un cambio más que relevante en su dirección (pasando del infame Ballmer al discreto Nadella) lleva unos años redirigiendo la empresa para no ser tan dependiente de ciertos productos como sistemas operativos o algún hardware que, perfectamente podía ser un buen negocio en el pasado pero que a futuro, parece poder quedar obsoleto con facilidad.
En este último año, en 2022, Microsoft ha decidido empezar a plantear su estrategia a futuro, basándose en inteligencias artificiales. El primer paso público que se dio a principios de diciembre de 2022, fue lanzar al público la herramienta que se ha hecho viral, chatGPT. Como cabía esperar, para todos los que nos gusta la ciencia y la tecnología, esta herramienta ha hecho que muchas personas cambien su percepción de cómo pueden utilizar el mundo de los ordenadores o la computación, para poder realizar sus tareas tanto laborales como personales.
En muy poco tiempo, millones de usuarios han sido capaces de encontrar usos alternativos a la propia herramienta. Para algunos se ha convertido en un compañero imprescindible para el día a día. Y no solo eso. Los usuarios no solo están utilizando la herramienta para lo que fue concebida (para mejorar su escritura, o el orden de sus ideas), sino además para buscar información de una forma rápida y en un porcentaje muy alto de los casos, bastante precisa.
Esto ha sido como lanzar un torpedo directo al buque insignia de Google: su buscador. Porque en muy poco tiempo, mucha gente, está viendo cómo esta herramienta perfectamente suple algunas búsquedas habituales dentro del tradicional buscador.
Evidentemente, como era de esperar, Google se ha visto amenazada por esta situación y ha lanzado unos cuántos artículos a través de Google Research, explicando que ellos también llevan tiempo trabajando en todo este tipo de soluciones. Pero, al parecer, esto no ha sido suficiente.
Ya en diciembre, Microsoft anunció que para principios de la primavera de 2023 lanzarían su buscador con esta inteligencia artificial, chatGPT, integrada. Google activó sus alertas y empezó a trabajar contrarreloj. Para intentar acercarse lo máximo posible a los lanzamientos de Microsoft.
Tras las primeras semanas de enero, con mucho revuelo por los buenos resultados que estaba dando la herramienta de OpenAI, Microsoft decide dar un paso al frente y hacer una pequeña presentación de su herramienta antes de tiempo. Ante esta situación, Google se ve obligada a lanzar una pequeña publicación a través de Sundar Pichai, avisando de que al día siguiente tendrían ellos también una presentación de su producto estrella y casi asegurando que estaría por encima de su competencia.
Microsoft, según lo previsto, hace su presentación privada, anunciando que integra este sistema de inteligencia artificial específicamente entrenado para dar soluciones a preguntas y ser integrado en un navegador. Además, se permite durante la presentación lanzar un par de indirectas a Google, avisando de que a diferencia de ellos no les va la vida en que la publicidad aparezca en esa pantalla de presentación de resultados. Adicionalmente, Microsoft anuncia que estas herramientas irán integradas también en el resto de sus productos en los próximos meses.
Como era de esperar, esta presentación causó un gran revuelo incluyendo en nuestro canal. Porque las premisas que presentó Microsoft, seguramente harán que cambie toda nuestra perspectiva de cómo funciona Internet, de dónde buscamos la información y de qué medios de comunicación seguiremos, o no, utilizando.
Google para intentar contrarrestar todo este hype y toda esta presión causada por Microsoft decide también hacer una pequeña presentación que además sube a distintas redes sociales mostrando su modelo Bard. Según la propia Google, no es más que un modelo similar al de la propia Microsoft pero con una tecnología muy superior.
Pero como suele suceder en estas ocasiones, el diablo está en los detalles. Tras explicar brevemente en qué se basa la tecnología de su nuevo producto deciden, al igual que Microsoft, hacer algunas pruebas en directo de cómo funciona esta nueva herramienta. Y, como no podía ser de otra forma, la herramienta arrojó un número de errores bastante sustanciales. Equivocaciones sobre preguntas bastante sencillas. Y sobre todo, una interfaz que no te permite comprobar si la información que estás utilizando es fiable y correcta.
Puesto que en los últimos meses hemos tenido tiempo más que suficiente para abrir el debate de hasta dónde pueden utilizarse estas nuevas herramientas, el Mundo entero no tardó mucho en reaccionar a esta metedura de pata de Google. Y una de las traducciones directas fue una caída en bolsa de prácticamente un 10%… hablamos de 100.000 M$.
Evidentemente, cada una de estas empresas tendrá sus motivos, sus razones y sus problemas para que se hayan acontecido los sucesos de esta manera. Pero personalmente creo que hay un motivo bastante sencillo por el que Google ha cometido esta torpeza.
Google lleva días diciendo que llevan trabajando en estas tecnologías bastantes años. Es algo que para todos los que nos gusta la ciencia y tecnología sabemos que es verdad. No es algo que se están inventando. Pero también es cierto que Google está utilizando y analizando todas estas tecnologías a nivel de laboratorio. No dudo que Google tenga tecnologías mucho más avanzadas que Microsoft a día de hoy. Pero sí dudo que tengan la capacidad de coger esas tecnologías y lanzarlas al público a corto plazo.
Microsoft, por su parte, ha dejado caer que en realidad todas estas tecnologías que estamos viendo hoy las tenían preparadas desde hace más de 8 meses. Y que solo han tenido que dar un pequeño acelerón para poderla presentar al público de una forma paulatina. Y es por eso que los errores que nos encontramos son mucho más entendibles que los que hemos visto, por ejemplo, en la presentación de Google.
Ha sido muy interesante de ver la entrevista que concedió Satya Nadella a The Verge, comentando algunos pormenores de la tecnología que estaban presentando. Pero creo que era todavía más interesante, observar la actitud de Satya Nadella. Una persona que habitualmente es bastante seria y discreta. Sin embargo, en esta discusión, vemos a un Satya Nadella mucho más relajado y transmitiendo una sensación de haber conseguido un hito que era realmente importante.
Sabemos, por noticias que hemos estado escuchando en los últimos días, que esta tecnología de las inteligencias artificiales va a convertirse probablemente en la piedra angular de todo lo que se va a crear en los próximos 10 o 15 años. Por ejemplo, hemos visto como Mark Zuckerberg en Facebook ha conseguido tranquilizar a todos sus inversores diciendo que este año 2023 sería el año de la eficiencia: ese año en el que trabajarían sobre inteligencias artificiales para poder mejorar el funcionamiento general interno de la propia empresa.
Aunque en este momento pueda haber otras tecnologías que vayan a cambiar el mundo en la próxima década, parece que la inteligencia artificial se ha posicionado como el vector de cambio más importante para poder llevar a cabo el resto de las tecnologías. Y en este aspecto da la sensación que Microsoft lleva la delantera.
Como hemos hablado en múltiples ocasiones en el canal, esto no es algo reciente, ya lo comentábamos al principio del artículo: Microsoft lleva años reestructurando su empresa para poder evolucionar a la tecnología que está por venir. Lleva varios años haciendo inversiones de alrededor de 1000 millones de dólares anuales para intentar que OpenAI, su compañera de viaje, consiga desarrollarse como ellos creen que puede ayudarles en el futuro. En este último año han decidido dar el todo por el todo y hacer una inversión superior de 10000 millones de dólares y con esto convertirse en propietarios del 49% de OpenAI. Con esto, sin necesidad de hacerse con el control de la empresa, sí accederán a las tecnologías para poder implementarlas lo antes posible en sus productos y conseguir tener una ventaja competitiva que probablemente sus competidores tardarán años en conseguir alcanzar.
Tras ver esta situación creo que a todos nos quedan bastantes incógnitas. Yo me hago bastantes preguntas, por ejemplo: ¿Va a ser capaz Google de realmente lanzar estas herramientas a tiempo para que no le quiten el mercado? ¿O van a tener problemas al no haber sabido convertir su modelo de laboratorio en un modelo para el público.?¿Van a poder compañías externas subirse más adelante al barco de esta inteligencia artificial, y colocarse en competición directa con estas que están siendo pioneras? ¿Será suficiente para Facebook utilizar la inteligencia artificial para mejorar lo que es el desempeño de su propia compañía, en lugar de ofrecer herramientas a sus usuarios?
Creo que estamos viviendo una época temporal absolutamente privilegiada. En la que vemos cómo la tecnología está creciendo a un ritmo que prácticamente no somos capaces de abordar. Hemos pasado del crecimiento más alto de la historia, que se basaba en la ley de Moore, en la que duplicábamos la capacidad de nuestros procesos cada 18 meses, a un ritmo que, según Sundar Pichai, duplicamos la capacidad de las inteligencias artificiales cada 6 meses.
He mencionado en muchísimas ocasiones el potencial de las funciones exponenciales, y cómo los humanos no somos buenos entendiendo ese potencial. Para que tengáis una referencia: al ritmo de la ley de Moore en 10 años, hemos hemos sido capaces de aumentar la potencia de cálculo 64 veces. Pero en el caso de las inteligencias artificiales, si Pichai está en lo correcto, vamos a aumentar la potencia de estas más de un millón y medio de veces en 10 años. Una cifra nada despreciable, teniendo en cuenta que ya la tecnología que estamos probando en estos días nos deja con la boca abierta.
Quiero recalcar que una cosa es que la tecnología esté disponible, o que podamos llegar a ella, y otra muy distinta es que quede de libre acceso para el común de los mortales. Que tenga el potencial de aumentar un millón de veces no significa que nosotros vayamos a disfrutar de esa tecnología en 10 años. ¿O sí? Ni lo sé yo, ni lo sabe nadie.
La única predicción que me atrevería a hacer a medio plazo es que, con estas tecnologías, los cambios que vamos a ver en nuestra forma de buscar información, compartirla e incluso entenderla va a cambiar por completo. Donde ahora teníamos una serie de trabajos que se dedicaban a buscar la fuente base de la información, masticarla y dárnosla, (en algunos casos sesgada de la manera que a nosotros nos gusta) ahora vamos a tener un sistema que es capaz de hacerlo de forma inmediata, e incluso pudiendo acceder a la fuente de información base.
Desde mi punto de vista esto va a ser un cambio total y absoluto en cómo entendemos el concepto de navegar por Internet. Da la sensación de que de repente hemos vuelto a ese momento, a principios de los 2000, en los que prácticamente no te movías o no salías de lo que era el portal principal donde te conectabas. Yo recuerdo entrar en Terra o en Lycos y no necesitar irme muy lejos para poder encontrar la información que quería. Tenía mi buscador, podía encontrar galerías de fotos, podía encontrar galerías de páginas web de otros usuarios, podía encontrar un montón de cosas sin salir, digamos del dominio de Terra o Lycos.
De alguna forma, estos cambios podrían provocar que nos moviésemos en ese sentido. ¿Por qué me iba a entrar en una página en la que hablan de ciencia y tecnología, cuando directamente puedo pedirle a ese algoritmo que busque a partir de la información original, qué es lo que ha sucedido? ¿Qué es lo que se ha presentado?, ¿cómo funciona? Y todo a un nivel que yo pueda llegar a entender.
Es la personalización total y absoluta de cómo quiero consumir la información.